No es Malo Dedicarnos Tiempo y Dinero

Cuando las mujeres nos convertimos en madres todo lo que tenemos pasa a ser de nuestros hijos. Durante años lo único importante son nuestros pequeños y nos quedamos en un segundo término.

¿Por qué dejamos de Dedicarnos Tiempo? Pues porque nos han inculcado tanto a hombres como a mujeres que las madres somos abnegadas, nos sacrificamos y damos hasta lo que no tenemos por nuestros niños. ¡Eso es realmente maravilloso y todas lo hacemos!

Sin embargo, cuando nuestros hijos se van haciendo mayores, nos damos cuenta de que no hemos invertido tiempo en nosotras mismas, no nos hemos dado un capricho, porque siendo madre está mal visto.

Eso es algo que, para mí, debería cambiar, pues no nos convierte en peores madres ni en egoístas, sino todo lo contrario. Estando bien con nosotras mismas nos sentimos más felices y esto se lo trasmitimos a nuestros hijos.

Dedicarnos Tiempo nos hace más Felices

Algunas pacientes dudan mucho al comenzar un tratamiento pero no por la técnica o los resultados sino porque se sienten culpables o con cargo de conciencia  por gastarse ese dinero “en ellas mismas” en lugar de en sus hijos o en el hogar.

Yo quiero dedicar estas palabras a aquellas mujeres que dicen “no” a sus deseos y se dejan siempre para lo último. ¿Cómo es posible que no tengamos el derecho para vernos guapas, para lucir un vestido nuevo o para tomarnos  una hora al día para hacer ejercicio sin sentirnos culpables?

¿Por qué la maternidad o la vida familiar ha de ser sinónimo de sacrificio? Los sacrificios y la privación no son del todo positivos, pues de forma continuada, provocan tristeza y baja autoestima.

¿Qué tiene de Malo que Dediquemos un Tiempo o una parte de nuestros Ingresos para algo que nos Gusta o Deseamos?

Y también me refiero a recompensas que van más allá del dinero… darnos  un baño de inmersión, leer en el sofá, tomar el té con tus amigas o mirar una película sin interrupciones. Esto forma parte de la vida cotidiana de cualquier persona, seas esposa o madre. No debes sentirte culpable por darte algún capricho, ni por ir a hacer ejercicio dos veces a la semana… tampoco por querer verte más bonita y arreglada o por pensar una vez en ti (de las millones de veces que lo haces por tus hijos o familia).

Nada de eso te hace egoísta ni individualista sino que te permite darte cuenta de que no prestar atención a tus necesidades provoca resentimientos, sufrimiento y cuentas pendientes en el futuro.

Con estas líneas sólo pretendo que la próxima vez que desees hacerte un regalo, o pasar tiempo con tus amigas, lo hagas sin sentirte mal o en falta con quienes amas.

¡Sé madre y ama como toda madre lo hace, pero nunca dejes de ser mujer y amarte a ti misma, y sobre todo sé feliz!

Dr Valenzuela

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